sábado, 7 de marzo de 2009

Algo se cuece en "La Mula Coceadora".













Moin Karak es un enano que habéis conocido en la posada de La Mula Coceadora, en una de vuestras juergas. No se resistió mucho a vuestra primera invitación de una enorme jarra de cerveza de Averland, y a la tercera estaba cantando tan mal como vosotros a coro, para consternación de los demás clientes y visitantes. Y lo peor del coro es que las canciones eran diferentes.

Cuando le contais a Moin vuestra última aventura y presumís de los goblins muertos (y quizás, sólo quizás, exagerais un poco en las docenas de trolls que abatisteis con vuestras manos desnudas) se rie con vosotros y cuenta también historias aparentemente inverosímiles. Dice ser uno de los aventureros que contrató Troig Parlagsson hace unas cuantas semanas para buscar los artefactos rúnicos.

Moin Karak podría perfectamente pasar por un curtido aventurero: tiene un parche de cuero rojo que le cubre el ojo derecho, no tiene parte de la barba negra por una quemadura en la cara, ropa gruesa y resistente (y algo sucia), y una daga enjoyada en una decorada vaina demuestran que se gana lo suficiente la vida para algunos caprichos. Además, la forma de expresarse y de contar las cosas parece que realmente ha vivido lo que cuenta (o al menos buena parte).

"Éramos cinco en el grupo de aventureros que contrató Troig hará una luna y media," - comenta Moin, bajando el tono de voz, y cambiando súbitamente la entonación que era risueña hace un instante - "y la misión parecía fácil: con un viejo mapa en la mano, buscar la entrada de un derruido templo a Grungni en las estribaciones del Montañas del Fin del Mundo, esquivar a las posibles bandas errantes de pieles verdes, entrar en los subterráneos y recoger los artefactos que se deberían encontrar en una cámara secreta en el templo. Íbamos equipados con picos y palas por si había que desenterrar parte de los túneles y mulas para transportar los artefactos."

Tras un trago a su cerveza, continúa - "El viaje fue fácil y sin contratiempos. Heinz interpretó fácilmente el roído mapa y nos guió por las estribaciones montañosas esquivando una partida de orcos sobre jabalíes que posiblemente irían a asaltar otro poblado orco. La entrada al templo, debastada por el tiempo y por algún ancestral asalto, estaba semioculta por la vegetación que se había adueñado del pequeño valle, pero siguiendo las instrucciones marcadas en el mapa no tuvimos problemas para encontrarla."

"Dejamos fuera al joven Braumburg y al veterano Erwing, junto con los animales de carga y montaron un pequeño campamento mientras Heinz, Batistula y yo nos metíamos en el semiderruido templo."

"El tiempo, la humedad y las bestias salvajes de las montañas había ido dejando huella en el interior, desgastando la piedra y medio derribando partes. Gracias a Grungni esta es una construcción enana y podría durar miles de años resistiendo sin necesidad de un adecuado mantenimiento. El frio era intenso en su interior, y las antorchas chisporroteaban según nos sumergíamos en la oscuridad" - el tono de Moin baja a casi un susurro, tal vez simplemente por darle interés a la historia, o por mantener el secreto.

"La parte del segundo mapa, el del interior del templo, continuaba por un túnel que estaba derribado. Nos pusimos a trabajar por turnos y durante tres días estuvimos quitando escombros y apuntalando el pasillo hasta poder continuar. El exterior estaba tranquilo y nada ni nadie parecía haber advertido nuestra presencia."

"Continuamos por el túnel que se bifurcaba más abajo. Decidimos nos investigar innecesariamente y fuimos primero a por las reliquias. En una sala parcialmente inundada por una fétida agua que debía haberse filtrado desde niveles superiores, seguimos las indicaciones y activamos el mecanismo de apertura de la otra sala. Los años de abandono se hicieron sentir y tuvimos que forzar el mecanismo hasta abrir la pesada compuerta de piedra."

"La puerta nos dio paso a la sala que buscábamos, un pequeño santuario dedicado a Mogni el Joven, un héroe enano de hace varios miles de años, de antes de la guerra con los traicioneros elfos."
- añade casi escupiendo. "Los artefactos eran adornos de piedra y metal con los que fue enterrado hace tiempo, posiblemente con algún tipo de magia rúnica en su interior, aunque su cuerpo fue mancillado y perdido por los goblins en las guerras contra ellos, y esto es lo único que se pudo recuperar y que se llevó a este templo."

"La destrucción y abandono del templo es una historia que no llegué a conocer, ni cómo Troig Parlagsson obtuvo los mapas, pero eso no es ahora lo importante" - añade con su voz ronca.

"Cuando estábamos recorriendo los pasillos de vuelta, cargados con los sacos de los artefactos, y pensando en investigar el resto del templo, fuimos emboscados por las asquerosas ratas medio humanas. De alguna manera el templo comunica con su guarida, o encontraron algún modo de entrar diferente a la entrada que guardaban Braumburg y Erwin."

"Batistula tuvo una muerte rápida y, en cierto modo, misericordiosa. Asaltado por varios skavens que surgieron de la oscuridad, fue brutalmente acuchillado sin apenas tiempo para sacar su espada. Por fortuna para nosotros la lámpara de aceite que portaba se rompió en pedazos y el aceite prendió y se extendió por el suelo, llegando a hacer arder el grasiento pelo de algunos skavens próximos, con lo que el grupo huyó."

"Salimos corriendo, perseguidos por los gritos y chillidos de los skavens que se reagrupaban detrás de nosotros. Los pasillos se nos hacían eternos, y Heinz fue herido, aunque pudo continuar. Salimos y sin desmontar el campamento ni coger nada de víveres montamos en los caballos con los sacos de los artefactos y huimos valle abajo"

"A los pocos minutos Heinz se desplomó, el veneno de algún arma skaven hizo efecto y nada pudimos hacer por él. Gracias a Grungni manteníamos el mapa para poder volver a Drebkau, junto al río Aver, y pudimos llegar allí tras una muy dura semana perdidos en las montañas, escondiéndonos de los orcos y sin comida ni otros pertrechos, y sin la ayuda experta de Heinz." - la mirada de Moin se endurece por momentos

"En Drebkau mandamos un mensajero a Troig Parlaggson en Grendstatz para que fuese a recoger sus reliquias, aparte del pago acordado."

"Y el resto de lo que pasó con las reliquias, ya sabeis casi más que yo". - termina con una socarrona sonrisa y apurando su jarra de cerámica.

"El templo podría ser explorado por un grupo de aventurero con agallas y equipo suficiente que buscasen el resto de las reliquias de Mogni el Joven, si es que hay más, o quizás artefactos que queden por ahí, aparte de lo que puedan robar a los skavens, que tal vez atesoren botín de años de saqueos de tumbas enanas. Y creo que vosotros podríais ir allí y vengar a mis compañeros". - Sonríe y os guiña su ojo, mientras hace un ademán de pedir más cerveza al atareado tabernero.

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