De
la triste vuelta a Castrove
El triste grupo
vuelve a Castrove, ya con la noche encima, iluminando su camino por un par de
antorchas.
La gente del pueblo sale de sus casas y se arremolina
alrededor del grupo, llorando la muerte de la pequeña Estrela. Valeria,
alertada por los llantos y quejidos, acude rápidamente a atender a Aleixo, que está
empapado en sangre.
Le levanta la camisa y tras una rápida ojeada dice "Se
salvará, pero necesita cuidados. Llevadlo a su casa y allí haréle unos
remedios.". Unos vecinos suyos le llevan al pueblo, mientras entre la
gente empieza a repetirse, con un eco espantado, la misma palabra "¡Lobisome!".
Cloio, el molinero, reune un grupo y decide dar parte a
Obdulio, el señor de Castrove, con las antorchas en la mano. Obdulio vive en
una casona de piedra en la parte alta de la aldea. En parte por curiosidad,
Rafael de Cortés y Jean Le Noir suben con el grupo, mientras Valeria y Pere
Casedemont están en la casucha de Aleixo, dándole las curas necesarias. En todo
esto, Xurxo ha desaparecido entre la gente.
Obdulio es un hombre de mediana edad, vestido con una camisa
clara con algún lamparón mal disimulado y
un pantalón de lino bien cuidado pero no precisamente nuevo, recibe al
apesadumbrado grupo con gesto adusto. Se le ve en forma, y se mesa su brillante
barba negra mientras escucha a los aldeanos.
Cloio, el molinero, se
erige como portavoz del grupo pidiendo que se ponga remedio.
- "Así pues, hay lobos en el bosque... “- dice el señor con cierto rasgo de
satisfacción, perdiendo su mirada en los bosques.
- "En efecto, mi señor" - dice Cloio - "Ya ha
muerto una niña, y al haber probado la carne humana, vendrá a por más. Hay que
matarlo..."
El señor feudal frunce el ceño.
- "¿Me estás recordando mis obligaciones, siervo?"
- "¡No, no, mi señor! Solamente le informo de lo que no
sabe, para que obre como Dios y su corazón le dicten..."
- "Bien, os concederé la gracia de una cacería. Que
mañana al amanecer todo el pueblo se prepare para batir el bosque, que yo
acudiré con mis perros y escuderos a dar caza a ese lobo comeniñas. Preparad
forraje para los caballos y carne para mis perros y mis hombres. ¡Y que no sea
una mula muerta, como la última vez!"
La gente comienza a retirarse, sin embargo, Obdulio añade
"Y, por Dios, que si estos extranjeros nos quieren ayudar, bien nos
vendrán."
De vuelta en la posada, Pere, Rafael, Valeria y Jean
comentan nerviosos los acontecimientos de la tarde. – “Bien Pere, tú lo vistes
tan bien como yo, y lo que vimos no era un simple lobo” – Dice Jean entre
susurros, - “Era algo mucho peor, esa criatura era mitad lobo y mitad hombre.
Por lo que he oído, la gente del pueblo también lo ha nombrado como Lobisome” –
Continúa jean, - “No creo que matarlo sea tarea sencilla, confío en que mañana
no nos encontremos con el ser, he oído historias confusas, leyendas sobre
ellos, y parecen ser criaturas de gran poder, quizá dañarles pueda el fuego,
algunas historias hablan de usar plata, pero no sé a ciencia cierta que es
verdad o que no.” – Tras una pausa, que
coincidió con la cercanía de algún huésped no deseado, continuó. –“Bien,
subamos pues a los aposentos y contadme lo que hayáis oído sobre este ser,
cualquier historia o relato nos servirá para estar más preparados ante lo
extraño. Quizás entre la ficción encontremos la manera de acabar con él.”
¡Excelente! ¡Sigue así!
ResponderEliminarMe siento como un escritor de folletines jejejeje... A ver cuando puedo publicar lo que sigue. Por cierto como comento desde el movil no sale mi usuario pero soy Roll...
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